El cambio climático es innegable y está sucediendo ahora. Sus consecuencias y efectos se están haciendo notar a lo largo y ancho de todo el planeta: sequías extremas, huracanes, ciclones, lluvias extremas, inundaciones, extinción de especies…
La mariposa apolo es un excelente bioindicador del cambio climático debido a las peculiaridades de su hábitat que necesitan de un clima frío de alta montaña. Algunas poblaciones de mariposas ha desaparecido en la Sierra de Gádor (Almería) y en algunas localidades del País Vasco.

El mayor desafío es crear conciencia sobre la Crisis Climática. No es momento de mirar a otro lado. No es el momento de negar lo evidente. Es el momento de actuar y es primordial que la sociedad, los gobiernos y las empresas tomen conciencia de la gravedad del calentamiento global del planeta.
Nos encontramos ante una emergencia climática con unas consecuencias devastadoras para las personas y los ecosistemas.
En España, el clima, el territorio y la naturaleza han cambiado y seguirán cambiando debido al ascenso continuo de las temperaturas. Los expertos consideran la Cuenca del Mediterráneo como el epicentro del cambio climático y uno de los lugares del planeta en donde más se notarán sus efectos.
Las concentraciones de gases de efecto invernadero se encuentran en su nivel más elevado en 2 millones de años. Y las emisiones, lejos de disminuir, siguen aumentando. Los acuerdos entre naciones para reducir la producción de gases invernadero no son suficientes para frenar la emergencia climática.
Científicos y expertos llevan décadas advirtiendo a la sociedad, a los gobiernos y a las empresas sobre la urgencia en cambiar el modelo de desarrollo mundial.
Es necesario y urgente el desarrollo de políticas climáticas para hacer frente a todos los contaminantes que se emiten a partir de fuentes de combustibles fósiles, como las centrales eléctricas de carbón o los motores diesel.
